Design Thinking

Creatividad como método: las claves del Design Thinking

Tiempo de lectura:
4 min

Innovación y pensamiento de diseño

En el último LinkedIn Live de Dothink Lab conversamos con Santiago Hermida, doctor en Creatividad Aplicada y profesional de la innovación. Durante la sesión, Santiago compartió una visión clara y honesta sobre el Design Thinking: no es una tendencia pasajera ni un conjunto de dinámicas vistosas, sino una metodología rigurosa que une creatividad, ciencia y sentido común.

Su trayectoria refleja esa conexión. Doctorado por la Universidad de Navarra con una tesis sobre Design Thinking, método, enfoque y herramientas de diseño para mejorar la educación en medicina, Santiago ha explorado cómo esta disciplina puede transformar la manera en que enseñamos, investigamos y cuidamos.

Desde su trabajo en CaixaBank DayOne, acompañando a startups y empresas tecnológicas, hasta su proyecto Renaisscience, busca tender puentes entre la ciencia, la creatividad y el humanismo, impulsando el pensamiento innovador en ámbitos como la salud y la educación.

El Design Thinking como sentido común estructurado

Santiago descubrió el Design Thinking hace más de una década, durante una estancia en la Stanford d.school, epicentro de esta metodología.

“Me encandiló por una razón muy simple: porque es sentido común puro y duro, algo que tantas veces olvidamos aplicar en las empresas, la ciencia o el día a día.”

Su curiosidad, una cualidad que considera imprescindible para cualquiera que trabaje en innovación, le llevó a explorar cómo este enfoque podía aplicarse a la medicina, un entorno complejo y muy reglado. Lo curioso, señaló, es que muchos profesionales de la salud ya piensan como “design thinkers” sin saberlo.

“Los médicos tienen método, rigor, empatía y curiosidad. Son lo que deberíamos ser todos los que nos dedicamos a innovar. Solo necesitan abrir los ojos para reconocerlo.”

Aplicar el diseño a la experiencia del paciente

Durante el Live, Santiago compartió ejemplos concretos de cómo el Design Thinking ha ayudado a mejorar la experiencia del paciente y del profesional sanitario.
Desde la forma en que un hospital comunica un diagnóstico, hasta los tiempos de espera o la búsqueda de información, el proceso se centra siempre en aprender qué no está funcionando y buscar nuevas soluciones desde la empatía y la colaboración.

El objetivo no es hacer más procesos, sino aprender rápido y de forma sencilla qué necesitan realmente las personas.

“El Design Thinking trata de solucionar problemas, no de generar documentos.”

Design Thinking en entornos VUCA

Uno de los temas más comentados fue cómo esta metodología puede ayudarnos a innovar en entornos cambiantes.
En un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA), el Design Thinking aporta una respuesta basada en visión, entendimiento, claridad y agilidad.

“En contextos donde la incertidumbre es alta, esta forma de trabajar te permite reducirla de manera rápida, barata y sencilla. No evita el caos, pero te ayuda a tomar decisiones con más sentido.”

Eso sí, Santiago fue claro: no es una fórmula mágica. En sectores donde prima la eficiencia y las variables son estables, puede que no sea la herramienta más adecuada. Pero allí donde el entorno cambia constantemente, el Design Thinking abre oportunidades nuevas y permite avanzar con confianza.

Actitudes que impulsan la innovación

Más allá de las fases o las herramientas, Santiago subrayó que lo más importante del Design Thinking son las actitudes que promueve.

Esa mentalidad se traduce en dos comportamientos clave: curiosidad (aprender de lo inesperado) y acción (atreverse a probar antes de tener todas las respuestas).

Durante el Live, Santiago identificó cuatro sesgos especialmente peligrosos cuando intentamos innovar:

  • El sesgo del éxito que nos lleva a temer el fracaso. La innovación exige probar, fallar y ajustar, pero el miedo a equivocarse nos hace preferir la seguridad de lo conocido a la incomodidad del aprendizaje.

  • El sesgo de perfección: que nos paraliza. Esperar a tenerlo todo cerrado antes de actuar nos aleja del progreso.
  • El sesgo de conformidad: Nos empuja a buscar solo aquello que confirma nuestras creencias previas. Limita la exploración y nos impide ver alternativas que podrían transformar el problema.

  • El sesgo del experto: Creernos más listos que los demás y asumir que nuestros conocimientos son universales y todos entienden nuestros tecnicismos 

Como recordaba Santiago:

“En innovación, el más experto siempre es el usuario, porque es quien tiene el problema.”

Interdisciplinariedad y pensamiento humanista

El Design Thinking, explicó Santiago, no pertenece a una sola disciplina. Su fortaleza está precisamente en su enfoque transversal, capaz de unir a profesionales de diferentes campos para abordar problemas complejos desde una mirada común.

“Es un marco de referencia que combina lo mejor de las ciencias, las humanidades y el arte. Nos recuerda que la innovación no es patrimonio de nadie, sino un lenguaje compartido.”

En la práctica, esto implica fomentar equipos multidisciplinares, promover la empatía y cultivar una mentalidad generalista, tan necesaria en un mundo donde la especialización extrema a veces nos impide ver el conjunto.

El diseño como puente en la educación

Uno de los momentos más inspiradores de la conversación fue cuando Santiago habló del impacto del Design Thinking en la formación universitaria y la educación reglada.

“Todo lo que haces en las primeras fases de esta metodología te convierte en un mejor investigador. Te obliga a observar, a definir mejor los problemas y a abstraer la información relevante. Eso es pensamiento crítico.”

Además, defendió el papel del Design Thinking como vínculo entre disciplinas. Frente a la separación tradicional entre ciencia, arte y humanidades, esta metodología recupera una visión más renacentista y humanista del conocimiento, capaz de integrar distintas formas de saber en torno a un propósito común.

El papel de lo humano en la era de la IA

Para cerrar, Santiago reflexionó sobre los retos actuales de la innovación. En un momento en que la inteligencia artificial acelera los procesos, recordó que la creatividad y la intuición seguirán siendo humanas:

“La IA es un motor sobrealimentado, pero el volante sigue en nuestras manos.”

La tecnología puede ayudarnos a aprender, prototipar e iterar más rápido, pero la verdadera diferencia está en cómo interpretamos y aplicamos ese conocimiento. Innovar con propósito es, ante todo, seguir al mando del sentido humano.

Transformar no es magia, es método

El Live con Santiago Hermida nos dejó tres ideas clave:

  1. La creatividad también es ciencia, y la ciencia también diseña.

  2. Innovar exige curiosidad, acción y empatía.

  3. El Design Thinking no elimina la incertidumbre, pero nos enseña a aprender de ella.

En Dothink Lab creemos, como Santiago, que transformar no es magia, es método. Por eso, seguimos creando espacios donde profesionales, equipos y organizaciones aprenden a diseñar el cambio con rigor, humanidad y propósito.

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